domingo, 22 de mayo de 2016


« Antes de formarte en el vientre, te escogí. Antes de que salieras del seno materno, te consagré.” Jr. 1,5
Por cada uno de sus hijos(as) Dios tiene un plan de amor que realizar. Este amor se manifiesta por circunstancias distintas. Como el profeta Jeremías, el Señor  quería hacer de mí su sierva en la familia de las Franciscanas Misioneras de María.
Soy Hna. Sandra Stevy Ngangoula, de nacionalidad congoleña, misionera en la provincia BOLIVIA/ CHILE desde 2014.
El deseo de entregar mi vida al servicio del Señor lo tengo desde los 8 años cuando vi por primera vez a las Religiosas de San José de Cluny en la Iglesia de mi pueblo y la decisión final la tomé a los 12 años.

Antes no tenía una confesión religiosa fija, iba a la oración dominical según las orientaciones de los adultos, sobre todo con mi madre que por distintas razones integró  una Iglesia Evangélica. Pertenecía al grupo de infancia y mi madre al coro,  pero no pude quedarme allí por siempre. Me fui de aquella Iglesia un domingo con la ayuda de mi tía que acababa de llegar y quien  quería seguir su formación de catequesis en la Iglesia Católica, como todos íbamos a esta nueva Iglesia ella tampoco tenía elección sino que ir con la familia. Entonces este día mientras todos estaban rezando mi tía me dijo que íbamos huir de allí así en el momento de las ofrendas mientras todos cantaban y bailaban salimos del templo bailando y luego corriendo fuimos a misa Católica. Cuando llegamos no sé en qué momento de la Misa la única cosa que me impresionó y que pude admirar era las Hermanitas vestidas de blanco; se veían  tan hermosas y alegres cantando, al mismo tiempo yo tenía miedo de ser castigada al regresar a casa. Al salir de la Misa fuimos a saludar las hermanas y mi tía fue inscrita en la catequesis de primera Comunión a mí me dijeron que esperara hasta que tuviera 9 años y pedimos a un señor amigo de la familia que nos acompañará a casa explicándole lo que habíamos hecho. Él  fue hablar con mi mamá y mi abuela. Me acuerdo que mi mamá este día no me pegó ni tampoco me habló hasta el amanecer porque se había asustado cuando huimos, pero nunca más fuimos obligadas a ir con ellas, y apoyaron  a mi tía por su primera comunión en todo lo que necesitaba. En cambio yo seguía visitando a las hermanas que tenían a cargo el grupo de niñas que bailaban en la Iglesia pero no podía participar por culpa de una herida que tenía en el brazo, entonces me bastaba con verlas hablar y rezar al fin de cada reunión.
A los 9 años cambie de ciudad fui a vivir con la hermana mayor de mi mama (mi tía), no pude expresar mis sentimientos, ni tampoco empezar la preparación para mi primera comunión. Ella me llevo a otra Iglesia Evangélica cerca de la casa sólo porque la Iglesia Católica quedaba lejos de mi barrio y nadie podía acompañarme. Hasta que un día llego mi primo pidiéndole a mi tía que pudiera empezar la catequesis en la comunidad eclesial de base cerca de su casa y que él se ofrecía a   llevarme tanto  a misa como  a la  catequesis. Creo que fue el Día más hermoso de mi vida por que se abrió una puerta nueva para mí, prepararme a hacer mi primera comunión. Después de 3 años hice mi primera comunión y me fui de vacaciones donde mi mamá, es allí donde hablé con ella de mi deseo de ser religiosa, y me dijo que hablara con mi tía si ella aceptaba  entonces ella igual me iba dar su consentimiento.  Mientras,  hablé con unas amigas que eran aspirantes de las hermanas de San José para ver cómo  era la cuestión. Con todo eso me quedaba enfrentar mi tía por que tenía miedo de que no aceptara siendo hija mayor y viendo todo lo que hacía para prepararme a ser una buena esposa y responsable de mis hermanos.
Cuando volví, un día me atreví a hablarle a mi tía de mi sueño de ser misionera como en broma, ella me contestó que era muy pequeña, además no había religiosas misioneras solo había monasterio de la visitación de Loango. Vi que ganaba un poco  el consentimiento de mi tía otra vez volví a plantear mi deseo ella me dijo que terminara con sacramentos y luego lo pensara. Se tranquilizó mi consciencia. Después de mi confirmación le recordé a mi tía quien me autorizó inscribirme en el grupo vocacional con la condición de que mi primo tenía que cumplir su promesa de no dejarme sola. Así de a poco me fui formando en la Parroquia y me comprometí en grupos de Liturgia (lectores) y de pastoral juvenil (grupo de BILENGE YA MWINDA)


¿Cómo conocí a las hermanas fmm?
Cuando  integré el grupo vocacional en la Parroquia no había religiosa pero teníamos encuentros con el párroco y  con las hermanas de la congregación de las misioneras de Nazaret venían una vez al mes para los encuentros. Y a nivel diocesano organizaban encuentros vocacionales cada tres meses. Es allí que pude ver por primera vez la multitud de congregaciones religiosas que había. Después una de mis compañera me invitó participar a su encuentro en la casa de las hermanas Franciscanas Misioneras de María al principio no quise porque pensaba en la congregación de san José de Cluny que todavía no existía en Pointe Noire, pero luego dije voy a ver  y con permiso de mi tía, fuimos  a esa reunión.
 Al llegar la hermana ISABEL SAN MIGUEL que erala encargada de la pastoral vocacional nos recibió con las manos y el corazón de Madre. Y además después de la charla tuvimos un tiempo de Adoración al Santísimo. Estos dos momentos de acogida y de oración me impactaron mucho; en la Parroquia tenemos todos los días la adoración al santísimo y cuando vi que las fmm también se dedicaban a la Adoración pedí  a mi tía que me diera permiso de visitar las hermanas Franciscanas los fines de semanas así fue como empecé y después de una semana de encuentro vocacional que tuvimos en octubre de 1995 que tenía como lema: la vocación; decidí seguir mi camino con la hermanas franciscanas misioneras de María. Ellas me acompañaron durante 7 años, y después pude obtener el permiso de mi tía de iniciar la formación religiosa con la experiencia comunitaria, y el resto de la formación inicial.  Después del primera profesión fui enviada en distintas fraternidades de la provincia Congo/Cameroun. Para profundizar mi experiencia de vida consagrada fmm fui enviada en la provincia de Lubumbashi por un ano teológico  luego en Cameroun por la profundización de nuestro carisma FMM. Después de este tiempo de formación hice mis compromiso definitivo el 15 de septiembre de 2013 y recibí el envió por la provincia Bolivia-Chile. Y ahora estoy en la nueva fundación de Entre Ríos En Bolivia
Estoy muy agradecida por lo que el Señor ha hecho y siempre hace por mí. El Señor siempre ha conducido mi vida y a Él siempre ofrezco cada dio mi peregrinación,  mi  caminar, para que realice en mí su voluntad sobre todo para que sea su testigo a ejemplo de nuestra madre María “he aquí tu sierva, hágase en mi según tu palabra”



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