cos de la partida de Ana María
Les presentamos a continuación agunos ecos recibidos luego de la partida de la Hermana Ana María Campos
Franciscanas Misioneras de María de la Provincia Perú:
- ETERNO COMPAÑERO
Por: Anichu
DIOS me visita en un hospital marginal, me abraza con su infinita misericordia cuando aparece la desolación y me resulta difícil encontrarle sentido al dolor, que hace crujir mis huesos ¡celi ha regresado!, la hermana enfermedad, que lucha por quedarse en mi cuerpo desgastado, dejando mi corazón vulnerable al amor infinito que me rodea, excluido de la esperanza de ser curado, pero con la convicción absoluta, que el recurso más profundo y más potente de sanación, es la dimensión espiritual, toda mi existencia va al encuentro de este humilde Dios encarnado, camino en compañía, no estoy sola, él va conmigo.
Mención Honrosa: Fueescrito por Ana María Campos.
Ana Maria Campos, mujer chilena, monja franciscana, una eco-feminista entusiasta, falleció el día viernes 2 de junio de 2017 a los 58 años. Desde que la conocimos, sabíamos que Ana María era un alma vieja. Fue misionera en África donde se enamoró con una cultura tan diferente a la suya. Esta experiencia la convenció que siempre hay que acercarse a las personas y a las culturas que son diferentes porque allí habitaba lo sagrado. Su liderazgo era evidente: fue Provincial de su Congregación por Chile, Perú y Bolivia, después fue miembro del Consejo General en Roma. También pasó un tiempo de renovación espiritual en un Ashram en la India. Cuando estaba en Chile, participaba en los ritos y talleres de Con-spirando, en las danzas circulares, en los cursos de los arquetipos en Tremonhue. Tenerla presente en un grupo fue un tremendo regalo. Ana María, presente. Ahora y siempre. —Judith Ress
Hay personas con las que no necesitas saber de dónde vienen o de a dónde van. Simplemente te caes bien y compartes ideas, visiones, sintiendo que existe una comprensión profunda. Así me pasó con Ana María. Cada vez que apareció por Con-spirando en un rito o taller sentí esa fluidez y sensación de bienestar. Así te imagino ahora Ana María, bien, donde es el momento de estar. — Josefina Hurtado.
Ana María amaba las fotos hermosas de los cielos y todo lo que tenía que ver con la Naturaleza. Le encantaba compartirlas, porque así compartía su propio ser en todo su belleza. Ella estaba tan feliz de ser viva y gozar de la vida. Ella nos mandó los nombres de su familia para que pudiémos rezar por ellos. Estoy anticipando nuestra reunión en la próxima vida. — Rachel Fitzgerald, psicóloga jungiana
[texto original Ana Maria loved beautiful photos of the skies and all which has to do with the natural world. She loved to share them and her sharing of herself was absolutely evident in that. She took so much delight in being alive. She sent us the names of her family members so that we could pray for them. I look forward to the reunion in the next life].
La CONFERRE despide a Ana María
La conferencia de Religiosas y Religiosos agradece profundamente la Vida de Hna. Ana María Campos, caracteriza por la entrega y la abnegación en los diferentes servicios prestados en CONFERRE: Pastoral Vocacional, Mutual de Salud, Formación Permanente, etc. Siempre dispuesta a ayudar con la sonrisa y la sencillez de una vida muy unida a Dios y consecuente en el seguimiento del Señor.
Gracias Ana María, goza de la plenitud eterna del que te llamó y te amo hasta las últimas horas en tu lecho del dolor.
Con gratitud y oraciones a sus hermanas de su amada Congregación “Franciscanas Misioneras de María”
Héctor Campos, OFMCap
Presidente y Junta Directiva
Reseña Hna. Ana María Campos
La Hna. Ana María Campos Barraza nació en Santiago el 8 de enero de 1959. Sus padres, don Orlando y doña Albina, la trajeron al mundo en un hogar unido donde fue formada en valores cristianos. El colegio Cecilia Lazzari y su participación activa en la pastoral juvenil salesiana de la parroquia Don Bosco, contribuyeron en gran medida a reforzar su formación cristiana y su compromiso con el Jesús del Evangelio.
Tenía escasamente 17 años cuando El llamó a su corazón diciéndole, como a los Apóstoles, ¡Sígueme!, y así lo hizo Ana María, con generosidad y entrega, ingresando poco tiempo después al noviciado de las Franciscanas Misioneras de María.
Después de su profesión pudo completar su formación con estudios universitarios de Ciencias Religiosas y Teología, conocimientos y experiencias que multiplicaría en provecho de muchas personas.
La zona Sur de Santiago, Valparaíso y Valdivia fueron inserciones donde se prodigó, siempre en zonas de marginación, dedicándose especialmente a la pastoral de formación de los jóvenes, a la promoción de la mujer y a la catequesis familiar.
Varias hermanas chilenas trabajaban ya como misioneras en diversos países de América, pero Ana María fue la primera chilena en salir del continente americano enviada a misionar en Sudáfrica, donde su labor, junto con su comunidad, apostaba por el apoyo, la defensa y la promoción del pueblo autóctono, que en esos años, apenas vislumbraba la igualdad de derechos por la que tanto luchó Nelson Mandela.
La Provincia de Bolivia-Chile, que la conocía, la quería y reconocía los valores que en ella se destacaban, la llamó escogiéndola como provincial y aquí la tuvimos desplegando su sentido de la organización, su inteligencia, su apertura y creatividad en favor de las comunidades y de la misión, con una sensibilidad especial por las hermanas enfermas.
Terminado su mandato regresó feliz a su querida y recordada misión de Sudáfrica, pero Dios tenía otros planes para ella y el Capítulo General del 2008 la designó como Consejera General; por lo que dejando Sudáfrica, viajó a Roma a colaborar con la Superiora General en la conducción del Instituto. Fueron años de trabajo intenso, de largos viajes cruzando hemisferios y continentes hasta que se le detectó su enfermedad.
Las hermanas vimos con admiración cómo la asumió, admiramos su valentía y entereza, su confianza en Dios y su capacidad de sufrimiento.
A muchas personas afectará su partida, pues además de todo lo ya enumerado, el Señor regaló a Ana María un don especial para las relaciones humanas y para cultivar amistades enriquecedoras tanto con personas laicas como con religiosos. Los hermanos de la Familia Franciscanas, queridos y cercanos, pero además, ella se abría a la amistad con hermanos de otras familias religiosas, tanto femeninas como masculinas, en una amplitud que sin duda enriquecía ambas partes.
Anita María, ya estás en los brazos del Dios a quien tanto amaste… Que en ellos, como un niño en los brazos de su madre, descanses en paz